Las matemáticas es la asignatura en la que la mayoría de los estudiantes necesitan poner más esfuerzo para llegar a su comprensión y poder así avanzar en el aprendizaje de conceptos y resolución de problemas. En las matemáticas no basta sólo con la memorización de conceptos y fórmulas, es necesario entender las significaciones abstractas para una comprensión satisfactoria.
Debido a estas condiciones, la enseñanza de matemáticas ha ido acompañada de varios materiales manipulativos que ayudan a su comprensión, como ábacos o regletas. Estos recursos didácticos están en auge en los primeros años de escolarización, ya que permiten a los alumnos experimentar y construir por sí mismos conceptos abstractos que son complejos de explicar y transmitir de otras formas. Las opciones manipulativas aportan un aprendizaje activo por parte del estudiante y fomenta la observación y descubrimiento.
A continuación, vamos a ver algunos de estos materiales didácticos que acompañan a las clases de matemáticas cada vez en más escuelas y también han llegado a los hogares gracias a su accesibilidad y popularización.
Ábaco
Es uno de los materiales más antiguos para explicar las matemáticas. Sobre un bastidor se disponen varias varillas sobre las que se pueden insertar cuentas (bolas habitualmente) de colores. Es ideal para trabajar la iniciación al cálculo con los alumnos más pequeños, ya que además de trabajar la psicomotricidad fina, pueden visualizar de forma clara conceptos básicos como las sumas y restas, y a medida que la edad del estudiante avanza, también las multiplicaciones, divisiones y raíces cuadradas y cúbicas.
Las regletas numéricas
Hay diferentes regletas, las más conocidas son las de Cuisenaire y las de Mª Antonia Canals. Ambas consisten en un conjunto de regletas de madera de colores y tamaños diferentes, de 1 a 10 cm. Cada color y tamaño equivale a un número determinado correspondiente con su tamaño, es decir, la de un centímetro equivale al número 1, la de dos centímetros al número 2, y así hasta el número 10.
Las regletas numéricas se utilizan para aprender a descomponer los números y desarrollar el cálculo mental en las primeras edades, en las que pueden realizar sumas, restas, multiplicaciones, divisiones, potencias y raíces cuadradas. Y de acuerdo con la edad del estudiante, también pueden trabajar con estos materiales las propiedades conmutativa, asociativa y distributiva, trabajar conceptos como la superficie y el volumen o los patrones numéricos.
El geoplano
Es una plancha de madera u otro material rígido en la que se disponen en forma de cuadrícula puntillas que sobresalen de la superficie. Con gomas elásticas de colores sobre las puntillas se construyen distintas figuras geométricas, así los niños visualizan como a partir de unos puntos pueden construir las formas y desarrollan su pensamiento espacial. Por último, igual que los materiales didácticos previos, los niños desarrollan su motricidad al mismo tiempo que aprenden matemáticas.
Tangram
Es un juego muy antiguo, de origen chino, formado por sólo 7 piezas: un cuadrado, un romboide y cinco triángulos. Habitualmente se utiliza este recurso para introducir a los estudiantes conceptos de geometría plana, las piezas actúan como un puzzle pero con la singularidad que es el niño el que debe acoplar las piezas de diferentes maneras para construir figuras geométricas distintas. Permite desarrollar competencias como el pensamiento abstracto, las relaciones espaciales, la capacidad analítica, la lógica y la creatividad.
No olvidemos que la figura del profesor/a es todavía más importante que el recurso, para poder tener las instrucciones correctas para empezar a utilizarlo y sacarle el máximo partido con todas las opciones de aprendizaje a medida que obtenemos más conocimientos en el área de matemáticas. Si en la escuela no utilizan estos materiales, pueden apoyarse en un profesor particular para conocer cómo trabajar las matemáticas con estos recursos didácticos.
Además de estos y muchos otros recursos didácticos especialmente pensados para explicar conceptos matemáticos, podemos desarrollar habilidades numéricas con simples juegos de cartas o de mesa que seguro tenemos en casa, como el uno, el parchís o Monopoly, donde los niños reconocen los números y emplean cálculos simples como las sumas o restas, y de forma inherente también desarrollan su capacidad estratégica.
