Hasta hace unos años, en muchos colegios privados y concertados los alumnos vestían obligatoriamente con uniforme. Desde hace unos años, algunos colegios públicos también se han sumado a esta práctica, ya que sus defensores alegan que tiene muchas implicaciones positivas para los niños y las niñas, tal y como veremos más adelante.
¿De dónde viene el uniforme escolar? Esta prenda o práctica empezó a utilizarse en congregaciones religiosas de Francia e Inglaterra. El objetivo era evitar diferencias y distinciones de clases sociales por lo que los religiosos implantaron uniformes en las escuelas. Era fundamental que fuera asequible y de materiales resistentes y duraderos para que pudieran aguantar todo el curso escolar.
En todos los países del mundo se pueden ver niños saliendo de sus escuelas en uniforme, de hecho, actualmente se utiliza en todo tipo de colegios y es una práctica común.
¿Qué aporta el uso del uniforme escolar?
Contribuye a la igualdad
Con uniforme, se evitan comparaciones entre los alumnos a nivel de vestimenta, ya sea tanto para evitar distinción de estilo, como de diferentes procedencias o niveles económicos. Ayuda a evitar las burlas entre compañeros y disminuir el bullying entre alumnos.
Aumenta la confianza y autoestima
En relación con la anterior, el hecho de vestir todos de la misma forma, fomenta que los niños y niñas se sientan iguales al resto, lo cual fortalece su autoestima, ya que genera un sentimiento de pertenencia. Incluso, puede que se sientan orgullosos de llevarlo, ya que forman parte del colegio del cual es el uniforme.
Es más económico
Si los niños y niñas van vestidos con uniforme, sólo hace falta comprarles un par e ir lavando cada dos días. Evitas tener que comprar ropa de más para cada día y además se pueden pasar de hermanos o hermanas mayores a los más pequeños.
Comodidad
Otro factor importante es la comodidad que ofrece, ya que se tarda menos en arreglarse cada mañana.
Incrementa la seguridad
Los colegios suelen hacer excursiones y otras actividades fuera del centro. El hecho de que los niños y niñas vayan vestidos de una misma forma favorece que se les controle mejor, porque se les identifica más rápido, de manera que aumenta la seguridad y se reduce el riesgo de que algún niño o niña se pierda.
Contribuye a la sostenibilidad
Gracias al reúso de la misma ropa cada día, se reduce el consumo de ropa innecesaria e incluso la reutilización de las mismas prendas de generación en generación.
